Entre las rosas mis días
sin una sola palabra
poco a poco se esfumaron
dando paso a la agonía
Tu silencio me castiga
hiere de a poco mi alma
y el corazón se contagia
de tu indiferencia mezquina.
Donde quedó aquella sonrisa
dónde esos besos tuyos
y la piel ensombrecida
por las múltiples caricias.
Entre las rosas mi vida
entre tazas compartidas
allí en el café quedarán
tus días y mis días.
Presagié la despedida
queriendo fuera mentira
mas ahora nuestras rosas
están sobre la mesa marchitas.
sin una sola palabra
poco a poco se esfumaron
dando paso a la agonía
Tu silencio me castiga
hiere de a poco mi alma
y el corazón se contagia
de tu indiferencia mezquina.
Donde quedó aquella sonrisa
dónde esos besos tuyos
y la piel ensombrecida
por las múltiples caricias.
Entre las rosas mi vida
entre tazas compartidas
allí en el café quedarán
tus días y mis días.
Presagié la despedida
queriendo fuera mentira
mas ahora nuestras rosas
están sobre la mesa marchitas.
Maria Gricelda