Andabas de mesa en mesa con el canto entre las manos
y en cada estrofa decías cuanto la habías amado
silenciosamente buscaba donde limpiar tus lágrimas
aquellas que te brotaban sin permiso y sin pensarlo
Una canción de amor,
fue la siguiente complacencia
con esa voz melodiosa rasgabas tu la guitarra
como queriendo acariciar , el cuerpo de tu amada
y todo el tuyo temblaba no importando la audiencia.
Tu guitarra era musa,ella siempre inspirada
y en cada mesa llegabas con una sonrisa dispuesta
hasta que viste mis ojos y sin preguntarme siquiera
empezaste un bolero que hablaba de mis sollozos.
Un café en mis manos y yo temblando de emoción
pues habías dado en el clavo con semejante canción
era como si conocieras el tras fondo de mi alma y supieras que yo,
simplemente no era amada.
Apure el liquido en mis labios saboreando mi café
amargamente me supo al escuchar tus coplas
mas sentí alivio en el fondo y me sentí agradecida
de no tener a mi lado aquel con su cobardía
Tu, trovador de la vida ,llevas en tu guitarra
gritos entre silencios en cada melodía
anuncias en cada estrofa una historia de vida
amenizando bohemio cada mesa del café
Maria Gricelda
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