domingo, 3 de junio de 2012

Café nostálgico

Se eleva la humareda de mis pensamientos 
y poco a poco se empieza a esfumar 
aquella bruma que sombreaba mis locuras 
trastornando mis días sin amar. 
Un paréntesis hago del olvido 
y apetezco una taza de café ,
frente al balcón  
contemplando al horizonte  bebo, 
disfrutando cada gota a placer 
Y me embriaga sutilmente el olfato, 
sin querer me transporta al ayer 
mis manos sostienen nuestras vidas 
tuya y mía quedandose dentro de mi taza
de la que siempre deseabamos tomar. 
Es inútil evadir nuestros andanzas, 
cuando el alma no se ha cansado de amar 
y la piel absorbe cada pizca de los granos de café. 
No,no podre olvidarte nunca, ni las charlas,ni los besos, ni la piel 
ni tu rostro varonil tan semejante, a las tardes donde, tu y yo, solíamos beber.

Maria Gricelda